Para
comenzar el tratamiento de una luxación, se realizan las pruebas diagnósticas
adecuadas. En este caso se llevan a cabo una radiografía, en la que se observan
los tejidos internos, huesos y órganos, y una imagen por resonancia magnética
(IRM), en la que se observan órganos y
estructuras internas.
El
tratamiento se lleva a cabo en función de unos factores, estos son:
-Edad,
estado de salud e historial médico.
-Grado de la
luxación.
-Tipo de la
lesión.
-Tolerancia
del paciente a medicamentos o terapias.
-Valorar la
expectativa ante la lesión.
-Tener en
cuenta las preferencias del paciente.
El
tratamiento se realiza de forma inmediata ya que puede provocar fracturas más
graves. Por lo tanto, el tratamiento es el siguiente:
1. Reposo,
ya que en muchos casos las luxaciones de menor grado terminan curándose sin
tener la necesidad de aplicar un tratamiento más invasivo.
2.
Aplicación de hielo en la zona afectada.
3. Realizar
compresión y elevación, ya que puede reubicarse tras su aplicación. Antes del
procedimiento se aplicará un sedante al paciente para que tolere la técnica.
Para lograr
una mejoría de lo más beneficiosa para la víctima se utilizan las siguientes
opciones:
1. Férula o
yeso, la zona queda inmovilizada para lograr la alineación de la luxación.
2.
Medicación para lograr el control del dolor.
3. Aplicar
tracción, que es la situación en la que mediante cuerdas, poleas o pesas se
estiran los músculos y tendones alrededor de la zona de la luxación.
4. Cirugía
en el caso de luxaciones graves o recurrentes.
También se
recomienda limitar la actividad física, utilizar muletas o silla de ruedas y
realizar fisioterapia.
Si quiere
conocer la técnica de colocación de una férula de yeso, pinche el siguiente
enlace: https://youtu.be/GtgCOrqmdPU
En el
siguiente enlace, se observa la técnica de tracción en la luxación de hombro:
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