jueves, 6 de diciembre de 2018

SÍNDROME COMPARTIMENTAL

Es una afección seria que implica aumento de la presión en un compartimento muscular. Puede llevar a daño en nervios y músculos, al igual que problemas con el flujo sanguíneo. En nuestro cuerpo tenemos unas capas gruesas de tejido, denominadas fascias, que separan grupos de músculos entre sí en los brazos y en las piernas. Dentro de cada capa de fascia encontramos un espacio que llamado compartimento, en el que se incluye tejido muscular, nervios y vasos sanguíneos. La fascia no se expande, por lo que cualquier inflamación en un compartimento ocasionará aumento de presión en esa área. Esta presión elevada oprime los músculos, los vasos sanguíneos y los nervios. En caso de que sea suficientemente alta el flujo de sangre al compartimento se bloqueará, lo cual puede ocasionar lesión permanente en los músculos y los nervios. Si la presión se prolonga durante un tiempo considerable, el músculo puede morir y el paciente necesitaría cirugía o incluso amputación para corregir el problema.


El síndrome compartimental agudo puede ser ocasionado por un traumatismo, como una lesión por aplastamiento o cirugía, una fractura ósea o un yeso o vendaje excesivamente apretado. El síndrome compartimental prolongado (crónico) puede ser causado por actividades repetitivas como correr. La presión en un compartimento únicamente se incrementa durante esa actividad y disminuye después de que dicha actividad se ha detenido. Es más común en la parte inferior de la pierna y en el antebrazo, aunque también suele presentarse en la mano, el pie, el muslo y en la parte superior del brazo.

Muchas veces los síntomas no son fáciles de detectar. Entre ellos se incluyen una disminución de la sensibilidad, entumecimiento, hormigueo, debilidad del área afectada, palidez de la piel, dolor intenso que no desaparece después de tomar analgésicos o elevar el área afectada e hinchazón o incapacidad para mover la parte afectada.

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